A diferencia de los grupos del crimen organizado –como el narcotráfico o la mafia–, a los grupos armados revolucionarios o guerrilleros se supone que no los motiva el lucro, sino la ideología.
Históricamente éstos han tratado de promover cambios sociales y en su momento indujeron transiciones democráticas en algunos países.
El ejemplo más claro de esta transformación son las FARC, un grupo con una ideología política que ahora se comporta como un grupo de narcotraficantes. Es por eso que las acusaciones del Gobierno colombiano de que el Gobierno venezolano está proporcionando fondo a las FARC son tan graves.
También, hace unos años el embajador de Colombia en México denunció la presencia de las FARC en la UNAM. La respuesta del entonces rector y del actual continúa siendo el mismo: Negar la presencia e influencia de las FARC en la Casa Máxima de Estudios de este País.
Desafortunadamente tuvieron que suceder los eventos del pasado 1 de marzo, donde el Gobierno colombiano atacó un campamento de las FARC en territorio ecuatoriano para revivir este debate en el País y cuál debe de ser el papel de México en lo que ahora se está convirtiendo en un conflicto hemisférico.
Todavía no se tiene claridad de cuántos mexicanos murieron, pero ¿qué hacían ahí? ¿Cuáles son sus vínculos con las FARC? ¿Por qué fueron a Ecuador?...
ESTAS LINEAS SON PARTE DE MI COLUMNA PUBLICADA HOY 14 DE MARZO
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QUE TENGAN UN EXCELENTE FIN DE SEMANA
ANA MARIA SALAZAR
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